¿Has escuchado alguna vez la frase “el mundo está cambiando”? o quizás ¿“el mundo ya no es como el de antes”? Si eres de esas personas a las que los cambios le abruman o simplemente no te apetece cambiar, abre bien los ojos porque lo que has aprendido, lo que has estudiado, lo que hacías hasta ahora es parte del pasado. Las reglas del juego han cambiado, vivimos en una nueva economía “La economía de la atención”.
Desde que la humanidad existe, cada época económica tiene asociado un recurso escaso. En la época feudal, el recurso escaso era la tierra, y si tenías muchas tierras, eras rico…
En la revolución industrial aparecieron las máquinas y las fábricas donde fabricar ingentes cantidades de producto, con líderes como Henry Ford o Thomas Edison a la cabeza.
Desde hace años, con la aparición de internet, vivimos en el mundo de la globalización, la revolución tecnológica ha cambiado por completo las principales industrias gracias a la facilidad del acceso a la información. Pero tanta información, yo incluso diría infoxación, ha provocado que ahora más que nunca el recurso más escaso sea la atención. Las personas somos bombardeadas con tanta información que ya no sabemos qué consumir.
¿Has probado a buscar un entrenador personal? ¿o un plan para hacer dieta?… ya no solo te aparecen gimnasios o clínicas donde poder entrenar o hacer una dieta, sino cientos o miles de entrenadores y dietistas que ofrecen sus planes personalizados, y a esto le tienes que sumar los otros cientos o miles de personas que recomiendan a dichos gimnasios, clínicas, entrenadores personales o dietistas… ¿por donde comenzar?
A los Ford o los Edison ahora se les llaman creadores de contenido. Si tu sabes como llamar la atención de las personas ya vas muy por delante de la mayoría. Tú eres el
futuropresente.
Lo bueno, es que a diferencia de lo que ocurrió en el pasado con las tierras y las máquinas, las principales herramientas de esta nueva economía son los smartphones, los ordenadores y los programas informáticos.
Con un pequeño dispositivo que cabe en la palma de tu mano puedes influir en las decisiones de un gran número de personas. Puedes cambiar la opinión de tu audiencia y puedes conseguir que las personas actúen sobre algo en concreto.
Y como ha ocurrido durante muchos años con la publicidad, si puedes influir en las decisiones de algunas personas, aunque sea un poco, también puedes llegar a sus bolsillos. Puedes hacer que decenas, cientos o miles de personas contraten productos o servicios propios o aquellos que recomiendas, conseguir dinero real por la información que proporcionas.
A fecha de hoy, no existe ninguna razón por la que cualquier persona no tenga algo que aportar en Internet.
A pesar de todo lo que pueda parecer, el mundo que nos ha tocado vivir es una de las mejores épocas de la humanidad. Ahora es más fácil que nunca ayudar a cualquier persona al otro lado del planeta o incluso crear un negocio de un millón de euros, y hacerlo desde tu propia casa, sin necesidad de ningún préstamo bancario, sin necesidad de ningún permiso o licencia, sin necesidad de contratar a decenas de personas, sin necesidad de alquilar grandes oficinas, o sin necesidad de título universitario o experiencia profesional.
Aquellos que son conscientes de esto, han recurrido a Internet para desarrollar sus negocios porque entienden una cosa: el futuro les pertenece.
Te preguntas ¿Cómo construir tu futuro en Internet?
Cualquier persona millonaria sabe que para generar riqueza necesita más activos que generen ingresos que pasivos que generen gastos.
Y en Internet, existe una cosa que se llaman activos (o productos) digitales. Al igual que los activos físicos, como terrenos y propiedades, los activos digitales pueden ser:
- Sitios web, blogs, tiendas online…
- Apps
- Listas de correo electrónico
- Cuentas de redes sociales
- Libros electrónicos
- Contenido, contenido y más contenido
En mi caso, durante los últimos 6 años, me he enfocado en ayudar a construir los activos digitales de otros, a construir su futuro, pero sin embargo he descuidado mis propios activos digitales. Ya sabes lo que dice el dicho “en casa de herrero, cuchillo de palo” 🙂
Ten presente que tus activos digitales, son el camino hacia tu riqueza digital a largo plazo. Si quieres ser dueño de al menos una parte de tu futuro, comienza a construir tus activos digitales.
Lo mejor es que puedes comenzar en este mismo momento. No necesitas ningún permiso, ni ninguna inversión para hacerlo.
Seamos claros. Nos escandalizamos cuando escuchamos que algunas marcas pagan 1.000, 2.000, 3.000 o incluso más de 6.000€ a una influencer, pero… ¿Nos hemos parado a pensar los ingresos que genera esta influencer con sus publicaciones a la marca?
Durante los últimos años he visto de primera mano como creadores de contenido, ya sean bloggers, youtubers, instagramers o ahora tik-tokers construyen un modelo de vida a través de su conocimiento ¿Qué hay de malo? ¿A caso no compras igualmente productos que aparecen en los anuncios de televisión o en la radio? ¿Prefieres que una marca te bombardee con su publicidad o que una persona a la que sigues, probablemente porque te identificas con su estilo, o con sus valores, o con su forma de vida te recomiende un producto?
La verdadera pregunta aquí es ¿Por qué no has comenzado? ¿Qué te detiene?
¿Te faltan las herramientas? si estás leyendo este artículo desde tu smartphone, tablet u ordenador….supongo que no…¿Verdad?
¿Te faltan habilidades? No existe nada que sepas hacer bien o ¿hacerlo mejor que otros? ¿No lo puedes aprender en un vídeo de Youtube?
¿No tienes tiempo? No te engañes. Una hora al día es suficiente para comenzar a construir tus propios activos digitales. Levántate una hora antes o acuéstate una hora más tarde.
Nada te impide comenzar a construir tu futuro en internet. Solo son excusas.
Pero… ¿por qué tú? ¿Por qué la gente te escucharía o seguiría?
Porque tú tienes tu propia historia. Utilizala para relacionarte y conectar con otras personas. Todas las personas que han sabido construir su comunidad compartiendo sus historias y sus experiencias en la vida han alcanzado en mayor o menor medida su libertad financiera.
Todo lo que necesitas hacer es desbloquear tu smartphone y comenzar a compartir historias de tu vida diaria, sean historias de éxito o de fracaso, aportar valor a las personas que te rodean. Si lo haces bien, aumentarás tu número de seguidores y con el tiempo vivirás de ello.
Y si piensas que no tienes el talento o el conocimiento adecuado… ni te preocupes. Sólo comienza. ¿o acaso crees que cuando otros comenzaron ya eran expertos o gurús en su respectivos campos? Compartir tu último viaje en instagram o simplemente grabar un vídeo de tu mascota en youtube puede ser un comienzo perfecto.
Aunque no lo creas, realmente no tienes que inventar nada ni siquiera volverte viral. Con seguidores modestos pero leales, puedes crear unos ingresos a tiempo completo. Todo lo que necesitas son 1.000 personas dispuestas a dejarte unos ingresos de 100€ al año en comisiones o a través de la venta de tus propios productos, y ¡tendrás un negocio de seis cifras!
Y llegados hasta aquí… casi todas las excusas para no comenzar son inútiles. No necesitas ningún permiso y como hemos comentado las barreras de entrada son muy bajas, un móvil, un ordenador y algo de tiempo….
Si cada día consumes más de 1 hora leyendo publicaciones de terceros en internet o en las redes sociales… ¿No crees que deberías dedicar al menos la misma cantidad de tiempo a crearlas?
En las redes sociales, tu eres el producto, transforma tu perfil de consumidor en creador y rentabiliza el recurso escaso que posees, tu atención. Porque el futuro pertenece a los creadores de contenido ¿A qué esperas?